Estrés y cortisol: la dupla biológica que afecta tu rendimiento

El estrés es una respuesta adaptativa del organismo ante cualquier situación que percibe como una amenaza o un desafío. Esta reacción, desencadenada por el sistema nervioso autónomo y el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), activa una cascada hormonal donde el cortisol juega un papel central. El cortisol, considerado la hormona del estrés, permite movilizar energía rápidamente, aumentar la glucemia, mejorar la atención y preparar al cuerpo para la acción.

En situaciones agudas (como una competición o una sesión intensa de entrenamiento) esta respuesta es beneficiosa. Sin embargo, si el estímulo estresor no cesa o se repite con frecuencia sin adecuada recuperación, se pierde la capacidad de volver al equilibrio, y el cortisol deja de ser un aliado. Comienza entonces una alteración en el metabolismo, el sueño y la respuesta anabólica al entrenamiento, que limita las ganancias físicas y cognitivas.

Estrés crónico: el verdadero enemigo de la adaptación

Cuando la activación del eje HHA se mantiene a lo largo del tiempo, hablamos de estrés crónico. En este contexto, los niveles de cortisol se mantienen elevados de forma sostenida, generando un entorno catabólico que impide una adecuada síntesis de proteínas musculares y limita la recuperación. El estrés crónico reduce la sensibilidad a la insulina, promueve la inflamación de bajo grado y altera el equilibrio hormonal necesario para progresar en fuerza, hipertrofia o resistencia.

Además, afecta el sistema nervioso central, reduciendo la disponibilidad de neurotransmisores clave como la serotonina y la dopamina. Esto se traduce en apatía, mal descanso y una percepción elevada del esfuerzo. En entornos de alto rendimiento o en clientes del sector fitness con alta carga laboral o emocional, ignorar los signos del estrés crónico implica comprometer tanto los objetivos físicos como la salud general.

Enfrentar el estrés desde el entrenamiento: cómo te ayuda YOOFIT

En YOOFIT abordamos el estrés crónico desde una perspectiva integral. Las clases como YOOMOBILITY, YOOBALANCE y YOOCORE fomentan el control respiratorio, la consciencia corporal y la activación del sistema parasimpático. Sin embargo, no basta con “relajarse”; también es efectivo inducir fatiga positiva mediante ejercicio cardiovascular o metabólico, como el que se realiza en clases como YOOSKILLROW, YOOCICLO o en la boutique 666 HIIT.

Este tipo de entrenamiento mejora la tolerancia al lactato, estimula la liberación de endorfinas y promueve un “reset” neuroendocrino. Utilizar el cardio o el ejercicio metabólico de forma estructurada no solo mejora la composición corporal, sino que se convierte en una herramienta de descarga emocional. Alternar estímulos intensos con sesiones restaurativas es clave para neutralizar los efectos del estrés crónico y seguir avanzando sin quemarse.


Referencias científicas
– Hackney, A. C. (2006). Stress and the neuroendocrine system: the role of exercise as a stressor and modifier of stress. Expert Review of Endocrinology & Metabolism, 1(6), 783–792. https://doi.org/10.1586/17446651.1.6.783
– Duclos, M. (2008). The effects of training and overtraining on adrenal axis status in athletes. Clinical Sports Medicine, 27(1), 65–79. https://doi.org/10.1016/j.csm.2007.10.003
– Crewther, B. T., Cook, C. J., Cardinale, M., Weatherby, R. P., & Lowe, T. (2011). Two emerging concepts for elite athletes: the short-term effects of testosterone and cortisol on the neuromuscular system and the dose–response training role of these endogenous hormones. Sports Medicine, 41(2), 103–123. https://doi.org/10.2165/11539170-000000000-00000